¿Qué es el sangrado de implantación y cómo puedo reconocerlo?

Cuando un ovocito fecundado implanta en la pared del útero, algo que normalmente sucede alrededor de los días 10 a 14 desde la concepción, a veces puede causar algún tipo de erosión del tejido uterino que puede, después, ser expulsado por la vagina en forma de ligero manchado sanguinolento. Este ligero sangrado es conocido como sangrado de implantación. 

No sucede siempre ni a todas las mujeres. En cambio, cuando sucede, puede generar cierta inquietud en quien está deseando un positivo. Por desgracia, no es sencillo diferenciar el sangrado de implantación de un sangrado entre ciclos, también llamado spotting, del inicio de un sangrado menstrual o de algún otro tipo de sangrado. 

Sin lugar a dudas, la mejor manera de poder confirmarlo es a través de un test de embarazo, pero hay veces que es aún pronto o que queremos esperar al resultado de la beta… En esos casos, hay algunos signos que nos pueden dar pistas para saber qué es realmente lo que está pasando. 

Veamos qué indicios pueden ayudarnos a diferenciar un sangrado de implantación de un sangrado menstrual:

El color: 

El sangrado de implantación es habitualmente más rosáceo o marrón mientras que el sangrado menstrual suele ser rosa claro o directamente marrón que, además, cambia rápido a rojo intenso.

Intensidad del flujo: 

El sangrado de implantación es normalmente un manchado muy ligero. En cambio, el sangrado correspondiente a la menstruación suele comenzar ligero pero, en seguida, tornarse más abundante.

Molestias:

Las molestias en el bajo vientre que acompañan al sangrado de implantación son normalmente más suaves y breves que las del sangrado menstrual, que suelen ser más fuertes y prolongarse más en el tiempo. Si bien es cierto que cada mujer tiene un umbral de dolor habitual en sus ciclos y debe poder establecer la intensidad en función de lo que es o no habitual en ella. 

Coágulos: 

Los coágulos son prácticamente exclusivos del sangrado menstrual. De hecho, en caso de que hubiera habido implantación, la presencia de coágulos no sería una buena noticia.

Duración del sangrado: 

El sangrado de implantación suele durar menos,  entre uno y tres días, mientras que el inicio del sangrado menstrual puede alargarse hasta los 4 o 7 días, según los casos. Finalizado el breve sangrado, en caso de embarazo otros síntomas como presión en el pecho, náuseas o malestar digestivo pueden comenzar o mantenerse, mientras que, en caso de sangrado menstrual, cuando baja la regla todos estos síntomas –que también pueden ser comunes- tienen a desaparecer. 

De nuevo,  cada mujer tiene tendencia a menstruar de determinada manera y puede valorar si se trata de un sangrado poco habitual o, por el contrario, es algo normal en ella.

Consistencia: 

El sangrado de implantación puede ir y venir durante un par de días. En caso de que se trata de un sangrado más constante y consistente y tendente a incrementarse, es más probable que se trata de un sangrado menstrual y no de un embarazo.

Existen otras condiciones por las que pueden darse algún tipo de sangrado relacionado con el embarazo por lo que, en caso de que creer poder estar embarazada, cualquier tipo de sangrado debe tenerse en cuenta y debe comunicarse al médico. 

Son los menos de los casos pero podría tener que ver con un embarazo ectópico, es decir, fuera de su sitio natural, que es el útero. Y esta es una condición que necesitaría de una intervención médica con cierta urgencia. 

Por el contrario, en caso de que hubieran pasado más de 10-14 días desde la concepción o incluso con el test de embarazo positivo, no es infrecuente que las mujeres embarazadas puedan tener algún tipo de pérdida de sangre durante el primer trimestre de embarazo: desde coágulos internos a restos de tejidos que están viéndose alterados a causa del embarazo y pueden desprenderse.

Cuando una mujer es regular en sus ciclos y estos se desarrollan como fisiológicamente es normal, los síntomas enumerados son más fáciles de identificar. Si, por el contrario, la mujer presenta habitualmente ciclos son irregulares o que comienzan muy lentamente o hay tendencia habitual al spotting, estos síntomas pueden no resultar tan claros. 

Desde aquí, nos gustaría aprovechar para insistir en que, lo ideal, es que el sangrado de las mujeres sea con poco o nulo dolor, que baje de forma rápida a color intenso, sin coágulos y, a poder ser, durante el día y no por la noche. Si tu ciclo no es así consultanos porque podemos ayudarte. Un ciclo regulado favorece la fertilidad y es relativamente fácil de corregir. Y, además, nos permitirá discernir con más claridad cualquier síntoma de embarazo o de sangrado de implantación.

Referencias:

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