La supervivencia del individuo está, primitivamente hablando, en una escala jerárquica superior a la reproducción. Es decir, primero debemos estar nosotros sanos para podernos permitir un embarazo. Y en este sentido la nutrición cobra un papel muy relevante.

Por otro lado, está demostrado que la grasa corporal se comporta como un órgano endocrino, capaz de generar hormonas. Por lo que el exceso de grasa corporal puede resultar en una alteración de la señalización hormonal en el cuerpo, con lo que esto supone para la fertilidad.

Y por último, unos malos hábitos alimenticios, haya o no sobre peso o bajo peso, pueden favorecer la producción interna de sustancias proinflamatorias al tiempo que pueden crear situaciones de falta de nutrientes esenciales que el cuerpo no puede fabricar. Ambas situaciones son contrarias a la promoción de la fertilidad y se han de intentar minimizar.

Desde asegurar un aporte energético proporcionado, tanto en macronutrientes (proteínas, hidratos de carbono y grasas) como en micronutrientes (vitaminas, minerales y oligoelementos), a la eliminación de tóxicos o disruptores endocrinos en la dieta puede conseguirse de forma sencilla y ordenada. ¡Sin por ello pasar hambre!

OTRAS ÁREAS DE TRABAJO

BIOLOGÍA DE LA REPRODUCCIÓN
+ info
PSICOLOGÍA
+ info
ACUPUNTURA
+ info
MASAJE DE FERTILIDAD
+ info