Disruptores endocrinos y fertilidad: por qué importa cuidarse incluso antes del embarazo

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Durante años se ha hablado de la importancia de evitar los disruptores endocrinos durante el embarazo y el posparto.
Sin embargo, su influencia empieza mucho antes: en la etapa de búsqueda del embarazo y durante los tratamientos de fertilidad.

En ese momento, el cuerpo femenino (y también el masculino) se prepara hormonalmente para la concepción. Los óvulos maduran, el endometrio se vuelve receptivo, el esperma completa su desarrollo… y cualquier interferencia hormonal puede alterar este delicado equilibrio.

Por eso, entender qué son los disruptores endocrinos y cómo actúan es esencial si estás buscando un embarazo o estás en un tratamiento de reproducción asistida.


¿Qué son los disruptores endocrinos?

Los disruptores endocrinos (EDCs) son sustancias químicas capaces de alterar el sistema hormonal del cuerpo. Lo hacen imitando o bloqueando la acción de las hormonas naturales, o modificando su producción, transporte o eliminación.

Entre los más comunes se encuentran los ftalatos, los bisfenoles (como el BPA), los parabenos, algunos pesticidasdioxinas y filtros UV presentes en cosméticos o protectores solares.

El resultado es una especie de “ruido químico” que interfiere con las señales hormonales naturales. Ese ruido puede alterar procesos clave como la ovulación, la calidad del óvulo, la formación del esperma o la implantación del embrión.


Disruptores endocrinos y fertilidad: lo que dice la ciencia

Cada vez hay más evidencia científica sobre la relación entre los EDCs y la fertilidad, tanto en mujeres como en hombres.

  • En mujeres, se han asociado con alteraciones en la maduración del óvulo, disminución de la reserva ovárica y cambios hormonales (Cabry et al., 2020).
  • En tratamientos de reproducción asistida, se ha detectado presencia de disruptores endocrinos en el líquido folicular, el fluido que rodea al óvulo durante su desarrollo. Esto sugiere que los compuestos ambientales pueden llegar hasta el microambiente del ovocito y afectar la calidad ovocitaria o la tasa de fertilización (Hoffmann-Dishon et al., 2024; Shulhai et al., 2024).
  • En hombres, los ftalatos y bisfenoles también se han relacionado con reducción en la movilidad y morfología espermática (Wang et al., 2021).

La conclusión es clara: los disruptores endocrinos pueden influir en la fertilidad incluso antes de concebir, y tienen un papel documentado en los resultados de los tratamientos de reproducción asistida.


La piel: una vía real de entrada de disruptores endocrinos

Cuando pensamos en contaminación química solemos imaginar la alimentación o el aire, pero hay una vía igual de importante: la piel.

La piel no es una barrera hermética; es un órgano vivo, permeable, que puede absorber parte de lo que aplicamos sobre ella.
Investigaciones han demostrado que ciertas sustancias presentes en cosméticos pueden atravesar la barrera cutánea y llegar al torrente sanguíneo (Anderson et al., 2014; Chantelouve, 2022).

Esto incluye cremas, lociones, desodorantes, perfumes, protectores solares o maquillaje.
Y dado que los usamos cada día, la exposición es constante y acumulativa.


Por qué reducir la exposición antes del embarazo (y no solo durante)

Los óvulos y los espermatozoides tardan semanas —incluso meses— en madurar. Durante ese tiempo, están expuestos a todo lo que pasa en nuestro entorno: alimentación, estrés, sueño… y también a los compuestos químicos que entran en el organismo.

Por eso, reducir el contacto con disruptores endocrinos antes del embarazo y durante los tratamientos de reproducción asistida puede ser una medida preventiva muy valiosa.

No se trata de vivir con miedo, sino de tomar decisiones informadas y evitar las fuentes de exposición que sí están bajo nuestro control, como los cosméticos que usamos cada día.


Cosmética sin disruptores endocrinos: una elección inteligente en fertilidad

Existen marcas que formulan específicamente productos sin disruptores endocrinos, pensados para etapas sensibles como el embarazo o la lactancia.
Una de ellas es Me And Me , que ofrece una gama de productos de cuidado corporal seguros, desarrollados con el aval de expertos en toxicología cosmética.

Aunque Me And Me nació como una marca para embarazo y posparto, su filosofía tiene aún más sentido en la fase de búsqueda de embarazo o tratamientos de fertilidad.
Si sabemos que los disruptores endocrinos pueden interferir en la calidad ovocitaria o espermática, empezar a cuidar la piel desde el inicio del proceso reproductivo es una inversión directa en salud fértil.

Usar este tipo de cosmética no solo reduce la exposición, sino que transmite un mensaje poderoso: cuidarte ya forma parte del camino hacia la maternidad.


Conclusión

Los disruptores endocrinos no son un problema lejano ni exclusivo del embarazo.
Acompañan nuestro día a día y pueden influir desde antes de la concepción. Por eso, integrar hábitos que reduzcan la exposición —también a través de la piel— es una parte esencial de la preparación para el embarazo o los tratamientos de fertilidad.

La fertilidad no empieza el día que vemos el positivo: empieza mucho antes, en cada elección que hacemos.
Y cuidar lo que ponemos en nuestra piel es una forma real y sencilla de empezar a hacerlo.

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📚 Referencias científicas

  • Anderson, S. E., & Meade, B. J. (2014). Potential health effects associated with dermal exposure to chemicals in the workplace. Toxicology, 325, 1–11.
  • Cabry, R., et al. (2020). The impact of endocrine disruptor chemicals on oocyte quality and fertility: a review.Endocrine Connections, 9(6), R82–R94.
  • Chantelouve, M. (2022). Endocrine disruptors in cosmetics: a review. Université du Québec à Chicoutimi.
  • Hoffmann-Dishon, N., et al. (2024). Endocrine-disrupting chemical concentrations in follicular fluid and follicular reproductive hormone levels. Journal of Assisted Reproduction and Genetics, 41, 1637–1642.
  • Shulhai, A.-M., et al. (2024). Man-made endocrine-disrupting chemicals in follicular fluid: an overview. Frontiers in Endocrinology, 15, 1435121.
  • Wang, Y., et al. (2021). Phthalates and Their Impacts on Human Health. Frontiers in Public Health, 9, 687159.
  • The Endocrine Society. (2009). Endocrine-Disrupting Chemicals: An Endocrine Society Scientific Statement.Endocrine Reviews, 30(4), 293–342.