La imposibilidad de concebir ha acompañado a la humanidad desde sus orígenes. En tiempos en los que la ciencia médica todavía no existía, las personas buscaban respuestas en la religión, la magia y las creencias sociales. Cada cultura interpretaba la infertilidad de acuerdo con su cosmovisión, y casi siempre la responsabilidad recaía sobre la mujer.
Mientras que hoy sabemos que los factores de infertilidad pueden encontrarse tanto en hombres como en mujeres, en el pasado se atribuía casi exclusivamente al cuerpo femenino. Esto implicaba no solo una carga emocional enorme, sino también consecuencias sociales y legales.
En este vídeo completo de YouTube puedes conocer cómo se entendía y se trataba la infertilidad en tres grandes civilizaciones antiguas: Mesopotamia, Egipto y Grecia. Aquí te comparto un resumen con los aspectos más llamativos.
Mesopotamia: la infertilidad como maldición divina
Para los pueblos mesopotámicos, alrededor del 3500 a.C., no poder concebir hijos era visto como un castigo impuesto por los dioses. Se pensaba que espíritus malignos habitaban en el útero de la mujer o que esta había perdido el favor divino.
Entre las prácticas más comunes estaban los exorcismos uterinos, conjuros y amuletos destinados a devolver la fertilidad. La mujer debía someterse a rituales de purificación y ofrendas religiosas para recuperar la capacidad de ser madre.
La infertilidad también tenía una dimensión legal: la ley permitía que el marido repudiara a su esposa si no lograba darle descendencia, lo que convertía la maternidad en un factor determinante para la estabilidad de la mujer en su entorno social y familiar.
Egipto: entre el misticismo y los primeros intentos médicos
En el Antiguo Egipto (hacia el 3000 a.C.), la infertilidad se concebía como un desequilibrio entre el plano divino y el cuerpo humano. Por ello, los tratamientos combinaban lo espiritual con prácticas médicas rudimentarias.
Uno de los métodos más sorprendentes fue el test de embarazo con semillas de cebada y trigo: las mujeres orinaban sobre ellas y, según la germinación, se interpretaba si estaban embarazadas o eran fértiles. Este procedimiento es considerado el primer “predictor de embarazo” de la historia.
Además, se empleaban remedios naturales como aceites, hierbas y masajes, siempre acompañados de rituales y amuletos sagrados que buscaban restablecer la conexión con lo divino.
Grecia: los inicios de la medicina y el mito del útero errante
La Grecia clásica (1200–146 a.C.) marcó un punto de inflexión: junto a los rituales religiosos, empezó a surgir un enfoque más racional gracias a la medicina hipocrática.
Se acudía a dioses como Asclepio o Artemisa, pero también se prescribían remedios naturales: baños termales, infusiones de hierbas, cambios en la dieta y ejercicios corporales.
Un concepto especialmente llamativo fue el del “útero errante”, la creencia de que el útero podía desplazarse dentro del cuerpo y causar enfermedades físicas y mentales. Aunque hoy sabemos que era un mito, esta idea persistió durante siglos y condicionó la forma en que se entendía la salud femenina.
Lo que la historia nos enseña sobre la infertilidad
Conocer cómo diferentes civilizaciones enfrentaron la infertilidad nos ayuda a comprender el enorme peso simbólico y social que siempre ha tenido la capacidad de concebir. Desde castigos divinos hasta diagnósticos rudimentarios, cada cultura intentó dar sentido a lo que no podía explicar científicamente.
Actualmente disponemos de técnicas de reproducción asistida muy avanzadas y de un mayor entendimiento médico. Sin embargo, el impacto emocional y cultural de la infertilidad sigue siendo profundo, y mirar al pasado nos permite valorar cuánto hemos avanzado.
👉 Te invito a ver el vídeo completo en mi canal de YouTube:
🎥 Historia de la infertilidad: Mesopotamia, Egipto y Grecia