Estrés preconcepcional: cómo influye en la búsqueda de embarazo y qué dice la ciencia

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Cuando pensamos en iniciar la búsqueda de un embarazo, la mayoría imaginamos un periodo lleno de ilusión, planes y expectativas. Sin embargo, la realidad es que este camino no siempre está libre de dificultades emocionales. Cada vez más estudios hablan del estrés preconcepcional, un tipo de tensión psicológica y física que aparece incluso antes de concebir, y que puede afectar tanto a la fertilidad como a los resultados del embarazo.

El estrés preconcepcional no es una rareza ni un signo de debilidad: forma parte de la experiencia de muchas mujeres y parejas. Surge cuando los deseos, las expectativas y las presiones (internas y externas) se combinan con la incertidumbre de un proceso que, aunque natural, está lleno de incógnitas. ¿Cuándo llegará el embarazo? ¿Lo conseguiremos rápido? ¿Y si hay algún problema? Estas preguntas, repetidas día tras día, pueden convertirse en un peso difícil de manejar.


Qué nos dice la ciencia sobre el estrés preconcepcional

Un estudio reciente publicado en la revista Human Reproduction por Mínguez-Alarcón y colaboradores (2024) analizó cómo influye el estrés antes de concebir en los resultados del embarazo en mujeres que acudían a una clínica de fertilidad. Este trabajo, parte del prestigioso EARTH Study, encontró que las mujeres con niveles más altos de estrés preconcepcional tenían más probabilidades de experimentar complicaciones y resultados adversos durante el embarazo.

Estos hallazgos son muy relevantes porque confirman que el estado emocional no solo afecta a la calidad de vida en el presente, sino que también puede tener un impacto en la salud del futuro bebé. Dicho de otra manera: el bienestar psicológico en la etapa previa al embarazo es un factor más a cuidar, igual de importante que la alimentación, el descanso o las revisiones médicas.


Cómo se manifiesta el estrés antes de la concepción

Aunque el estrés preconcepcional es invisible, suele tener efectos muy concretos. A nivel físico, se relaciona con alteraciones hormonales, niveles elevados de cortisol, problemas de sueño, fatiga e incluso posibles interferencias en la ovulación o la calidad del esperma. A nivel emocional, se traduce en ansiedad, pensamientos recurrentes, miedo a no lograrlo o frustración cuando el embarazo no llega de inmediato. Y a nivel relacional, puede generar tensiones en la pareja, ya que no siempre ambos viven el proceso de la misma manera ni con la misma intensidad.

Este estrés, además, no surge solo de dentro. Muchas veces está alimentado por comentarios del entorno, comparaciones con otras parejas, presiones familiares o mandatos sociales que dictan cuándo “debería” llegar un hijo. Todo esto puede hacer que un proceso lleno de ilusión se convierta en una fuente de preocupación constante.


Cómo podemos cuidarnos frente al estrés preconcepcional

Reconocer lo que se siente es el primer paso. Admitir que hay miedo, incertidumbre o presión no significa debilidad, sino honestidad con una etapa vital compleja. Cuidarse en este momento implica buscar información fiable sin caer en la sobrecarga, abrir espacios de comunicación con la pareja y rodearse de personas que apoyen sin juzgar.

También resulta útil incorporar rutinas de autocuidado: alimentación nutritiva, ejercicio moderado, descanso suficiente y prácticas de relajación como la meditación, el mindfulness o la respiración consciente. Todas ellas ayudan a bajar el nivel de activación y a recuperar la sensación de control sobre lo que sí depende de ti.

Lo más importante es recordar que no tienes por qué transitar este camino en soledad. El apoyo profesional puede ser clave: psicólogos especializados en salud reproductiva, médicos, nutricionistas o terapeutas pueden ayudarte a vivir la etapa preconcepcional con más calma, confianza y recursos.


Cuidar lo invisible para preparar lo esencial

El estrés preconcepcional nos recuerda que el embarazo empieza mucho antes de la concepción. Preparar el cuerpo es fundamental, pero preparar la mente lo es también. Atender las emociones, dar espacio al autocuidado y contar con acompañamiento especializado no solo favorece el bienestar actual, sino que también puede influir de manera positiva en el futuro embarazo y en la salud del bebé.

Si quieres profundizar más en este tema, te invito a ver mi vídeo en YouTube “Estrés preconcepcional”, donde explico con detalle el estudio científico y comparto reflexiones para comprender mejor cómo nos afecta y qué podemos hacer para gestionarlo.

(haz clic en la imagen si quieres ir al video)

Recuerda: el camino hacia la maternidad o la paternidad no tiene por qué vivirse en soledad. Los profesionales de la psicología perinatal y la salud reproductiva podemos acompañarte, aliviar la carga emocional y facilitar este proceso tan importante de tu vida.


Referencias

Mínguez-Alarcón, L., Messerlian, C., Zhang, Z., Williams, P. L., Ford, J. B., Hauser, R., & Chavarro, J. E. (2024). Women’s preconception psychological stress and birth outcomes in a fertility clinic: The EARTH study. Human Reproduction, 39(2), 328–338. https://doi.org/10.1093/humrep/deae012

Oller, G. (2023, 5 de diciembre). Estrés preconcepcional [Vídeo]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=t32WXbH0R0o&t=3s