




Después de 2 años sin éxito y habiendo consultado a muchos especialistas, con las pruebas correspondientes, nadie supo decirnos qué estaba pasando. Todos los médicos se aferraban, como siempre, a la única razón fácil y evidente: mi edad. En ese momento, cuando decidimos ser papás, yo tenía 36 años y Marco 30, lo que significaba que yo había cruzado el umbral de los 35 y que, a partir de ese momento, la curva de la reserva ovárica caía exponencialmente.
En vista del “no éxito” con el método “tradicional” durante este tiempo decidimos hacernos una inseminación artificial, sin éxito también. Dimos, entonces, el gran paso de ir a por la in vitro y, después de recibir el tratamiento pertinente, conseguimos quedarnos embarazados en el primer intento. No nos lo podíamos creer, era maravilloso. Después de 3 años y muchísimos quebraderos de cabeza lo habíamos conseguimos. El proceso fue difícil, con demasiadas emociones encontradas y sumado al “popurrí” hormonal, para mí fue una bomba de relojería. Pero funcionó y eso nos hizo muy muy felices.
Desgraciadamente y después de haber dado la noticia a las personas más allegadas, sufrimos un aborto a las 8 semanas. ¡No podíamos creerlo! Pero la naturaleza es sabia y decidió que así fuera y así fue. Nuestra tristeza y frustración fue tal que decidimos parar un tiempo y dedicarnos a nosotros, a querernos, a cuidarnos emocional y físicamente. Aunque en realidad el objetivo seguía siendo quedarnos embarazados, todo lo que hicimos nos valió para cambiar nuestros hábitos: pilates, dejar de fumar, no café, no alcohol, comida sana, ayuda psicológica para superar la pérdida… Así fue como conocimos a Gina.
Buscábamos algo diferente, una ayuda del modo más natural posible, que nos permitiera a la vez cuidarnos y seguir luchando por nuestro objetivo de ser papás. Desde el primer momento Gina nos explicó las opciones que teníamos de forma positiva y realista. Gina es genial, está muy acostumbrada a trabajar con parejas con este tipo de problemas lo que le confiere una sensibilidad e inteligencia emocional que ayuda mucho en todo el proceso.
Empezamos con los masajes con los rebozos, de los cuales disfruté desde el primer hasta el último minuto. Notaba cómo mi cuerpo iba cambiando tras cada sesión y así se lo comunicaba puntualmente a Gina. Hacíamos estos masajes en el momento preciso del ciclo, siguiendo las indicaciones de Gina, y la constancia fue la clave del futuro éxito. De eso estoy segura. No fallamos ni un solo mes. La acupuntura fue otro de los tratamientos que seguimos y que estoy segura de que aportó, por un lado, equilibrio físico a mi naturaleza pero, sobre todo, equilibrio emocional. Empecé a sentirme mucho más alineada, centrada y positiva.
Recuerdo también que tomé unas infusiones que me ayudaban a tener una ovulación más regular y un mejor flujo menstrual. Y por supuesto, las sesiones de terapia de pareja con Lidia que nos ayudó a sacar todo, a limpiar la mente, a aceptar al otro y a nosotros mismos…
Y así fue como llegó nuestro pequeño milagro después de un año, justo cuando nos habían llamado de la seguridad social para hacernos, de modo gratuito, otra in vitro. El mes antes de esta opción por la seguridad social, en agosto del 2018, conseguimos quedarnos embarazados ¡con el método tradicional! Y digo tradicional porque la palabra natural no termina de convencerme cuando estás en estos procesos…
Pero la historia no termina aquí. En la primera ecografía nos confirmaron que no solo estábamos embarazados sino embarazadísimos. Venían dos preciosas nenitas. (Lo de nenitas lo supimos después, claro).
No podíamos creer nuestra suerte. La sorpresa fue tal que hubo momentos donde estábamos abrumados, pero sabemos que no todo fue suerte sino constancia, dedicación y la ayuda de grandes profesionales que estuvieron apoyándonos siempre y en todo momento.
Durante los 9 meses de embarazo seguimos en el centro de Gina Oller con la acupuntura y la terapia con Lidia. Tuvimos un embarazo “pletórico” lleno de alegría, sin vómitos y sin dolores. A pesar de ser un embarazo gemelar, donde parece que los síntomas en la mamá suelen ser mayores, no fue así en nuestro caso. Hoy tenemos dos preciosas nenas, Mía & Vera, fruto del amor de Marco & Bea y de su constancia y voluntad, empujados por un golpe de suerte y apoyados siempre por un equipo de grandes profesionales.
Gracias Gina, Lidia, Laura por vuestra ayuda. Este pequeño gran milagro tiene mucho de vuestro trabajo. ¡¡Felicidades a todos!! Un abrazo fuerte de los 4.


Por lo que me decía todo el mundo, yo pensaba que mi infertilidad era más un problema psicológico y resultó ser que no. ¡¡¡¡Gracias a Gina y su equipo lo conseguí!!!! En algunos momentos fue duro pero ellos siempre están ahí. Gracias por darme el mejor regalo de la vida. Sin vosotros no hubiera sido lo mismo.
¡¡¡Un besazo a todo el equipo!!!!

Ha sido una experiencia corta pero muy satisfactoria ya que, en apenas tres meses, ya teníamos nuestro positivo. Da gusto tener personas así de profesionales al alcance, te dan mucha tranquilidad: si tienes una duda ahí están para resolverla.
¡Gina! ¡Ha sido un placer conocerte!”

Y es a partir de entonces donde se inició una nueva aventura, esta vez completamente diferente. Lo que más nos gustó es que era algo muy natural donde la prioridad era la atención a la persona. Desde el primer día nos encontramos con profesionales muy implicados con su trabajo, atentos y realistas ante nuestra situación. En ningún momento nos sentimos coaccionados ni se nos dieron falsas promesas. Gina nos explicó detalladamente el plan de trabajo que más se ajustaba a nuestra situación, siempre consultándonos y consensuándolo con nosotros. Por primera vez, nos sentíamos activos y partícipes del proceso que vivíamos, cosa que hasta el momento nunca nos había pasado.
Nuestro objetivo principal era recuperarnos emocional y físicamente de todos los negativos que habíamos vivido y prepararnos para poder afrontar un nuevo tratamiento de reproducción asistida. Éramos muy conscientes en todo momento de que, en nuestro caso, quedarnos embarazados de forma natural, después de 9 años intentándolo y con nuestro historial médico, era muy complicado. Pero nos pusimos en manos de un gran equipo multidisciplinar. Con cada uno trabajábamos una parte concreta pero todos compartían un objetivo común: mejorar nuestro bienestar.
Agradecemos toda la atención recibida, los maravillosos masajes de Gina, las intensas sesiones con la psicóloga, las consultas con la dietista y la acupuntura. Después de 6 meses nuestra situación había cambiado completamente y… ¡Sorpresa! ¡¡¡Nos quedamos embarazados de forma natural!!! En breve tendremos a una preciosa nena.
Nunca os podremos agradecer lo suficiente la fantástica atención, predisposición y paciencia que recibimos de vuestra parte.
¡Gracias Gina y todo el equipo!