Mindfulness para mejorar la fertilidad: bases científicas
Hoy en día, mindfulness es una palabra bastante utilizada, pero en muchas ocasiones no tenemos claro exactamente en qué consiste ni cómo aplicarlo.
Pero además, ¿puede realmente el mindfulness ayudar en procesos de fertilidad?
¿Practicar la atención plena puede ayudarme a conseguir el embarazo?
En este artículo vamos a ver todas las implicaciones que tiene el mindfulness en la fertilidad.
¿Qué es el mindfulness?
La meditación de atención plena, que es lo que significa mindfulness en inglés, es el proceso de enfocarse en lo que está sucediendo en el momento presente, evitando quedar atrapado en pensamientos, imágenes, preocupaciones, presiones o juicios que van y vienen por nuestra cabeza constantemente.
La mente se “alimenta” y vive en dos únicos planos: el del pasado, a través de los recuerdos o la memoria de las vivencias; y el del futuro, con proyectos, objetivos y deseos.
Viaja constantemente de uno a otro. Analiza, compara, exprime e incluso modela tanto los recuerdos como los proyectos futuros a su gusto. En resumen, es un no parar que no tiene fin.
Para entender cómo funciona el mindfulness, vamos a compararlo con andar.
Alrededor del año, aprendiste cómo usar las piernas para andar, ¿verdad? Pero también puedes usarlas para correr, para bailar, o para estar sentado o incluso tumbado.
Ahora imagina que sales a caminar. Al terminar tu paseo, eres capaz de parar las piernas y dejar de caminar, ¿no? O como mínimo, seguro que sabes que cuando llegues a casa puedes usar las piernas para subir las escaleras, o para tumbarte en el sofá o lo que sea.
De igual manera, deberíamos ser capaces de usar la mente cuando creamos oportuno y saber hacerla parar cuando no nos sea especialmente necesaria.
Algo así es lo que se enseña en las prácticas de mindfulness.
¿Mindfulness es parar la mente y desconectar?
No. Realmente no es “parar” la mente y desconectarse de la realidad. Los ejercicios de atención plena se realizan para intentar estar presente y concentrado en el momento actual y en el estado en el que uno se encuentra. Se dice rápido, pero resulta más difícil de lo que parece y requiere tiempo y práctica.
Su origen se documenta en la tradición de la religión budista, aunque esta práctica está exenta de implicaciones morales o religiosas. Su objetivo principal es ayudar a las personas a encontrar paz, serenidad y alegría.
¿El mindfulness tiene algo que ver con la fertilidad y el embarazo?
Son muchos los estudios que han probado las ventajas del mindfulness sobre el estado de salud en general. En los últimos años, además, ha crecido el número de estudios realizados sobre los efectos de la práctica de la atención plena y su implicación en la infertilidad.
El principal beneficio del mindfulness para la fertilidad reside en la capacidad de esta técnica para calmar el sistema nervioso central, algo especialmente importante para las personas que están teniendo problemas a la hora de tener hijos.
La infertilidad es un problema que tienen muchas parejas, pero que sufren en silencio.
Según los últimos estudios, se calcula que 1 de cada 8 parejas (o aproximadamente, un 12% de las mujeres casadas) tienen problemas para quedar embarazadas o mantener un embarazo.
Y a pesar de estas cifras significativas de infertilidad, la mayoría de mujeres que sufren este problema no lo cuentan a sus amigos y familiares, por lo que psicológicamente les afecta todavía más.
De hecho, se ha estudiado que las parejas que sufren infertilidad tienen sentimientos de vergüenza, culpa y baja autoestima, lo que puede provocar ansiedad o depresión en distintos grados, además de una mala calidad de vida.
Más de la mitad de las mujeres con infertilidad sufren depresión. Según los últimos estudios, los niveles de depresión y ansiedad en pacientes con infertilidad son equivalentes a los de pacientes a quienes se les ha diagnosticado un cáncer.
Beneficios del mindfulness en procesos de fecundación in vitro
Existen también evidencias preliminares de que la práctica del mindfulness puede mejorar los resultados de los procesos de fecundación in vitro (FIV).
No solo eso, sino que los estudios empiezan a apuntar mejoras en dos ámbitos: uno, en los resultados de embarazos en mujeres que practican el mindfulness, y dos; en la percepción de ellas mismas y la disminución de los pensamientos negativos debidos a la infertilidad.
Efectos del mindfulness en las emociones referentes a la fertilidad
En 2013, un equipo portugués desarrolló un programa específico basado en mindfulness (Mindfulness-Based Program for Infertility, MBPI) y estudió el efecto que su práctica tenía sobre las mujeres que tenían problemas de fertilidad.
El MBPI, basado en otros programas psicológicos ya probados para bajar el estrés o mejorar la aceptación y la confianza, se practicó en grupos de 15 mujeres, durante 10 sesiones unas dos horas cada una, a ritmo semanal.
La técnica proponía la adopción de una nueva actitud hacia los eventos que acontecen en el día a día. Promovía en las participantes su observación, enseñaba a mantenerse en una cierta distancia para evitar reaccionar automáticamente y ayudaba a perder el miedo a tener experiencias directas, abiertas y sin prejuicios. Trabajaron para la aceptación, la voluntad y la apertura a los pensamientos dolorosos sin intentar reprimirlos, modificarlos o controlarlos.
Al final del estudio, las participantes en el MBPI presentaron una disminución significativa de las emociones negativas hacia ellas mismas (culpa, derrota, atrapamiento, depresión) y hacia el proceso que estaban viviendo. La percepción de estar en una lucha y ser derrotado por su infertilidad también fue menor permitiéndoles tener una perspectiva más amplia sobre, por ejemplo, otras opciones de construcción familiar.
A través de la práctica de la atención plena, los participantes se volvieron más conscientes de su experiencia interna y externa en el momento presente con actitud de apertura y curiosidad. Por lo tanto, pensamientos y sentimientos dolorosos relacionados con el pasado -por ejemplo, pérdidas anteriores- o al futuro -por ejemplo, “Nunca lograré ser madre”- se reconocen sin intentar suprimirlos o modificarlos.
A través de metáforas los participantes pudieron comparar su relación con sus propios pensamientos con los de alguien que lucha con estos pensamientos en lugar de vivir su vida.
Los datos preliminares también apuntaban al mantenimiento de estos beneficios terapéuticos en un seguimiento de 6 meses.
Efectos del mindfulness en tasas de embarazo
En otro estudio de 2014 se confirmó que las mujeres que practicaban mindfulness con asiduidad consiguieron duplicar los resultados de embarazo con respecto al grupo control. Es cierto que el mecanismo por el que esto ocurre no está específicamente descrito aún, pero que no esté claro cómo ocurre esta relación no significa que no exista.
En el 2015 un grupo de investigadores chinos quisieron confirmar cómo la carga emocional y física que implica un proceso de fertilidad asistido podía influir negativamente en el propio resultado del mismo.
Realizaron un estudio para investigar la efectividad de una intervención basada en el mindfulness con 58 mujeres que iban a someterse a su primera FIV, y otras 50 que fueron asignadas a un grupo de control.
Las mujeres que siguieron la intervención con Mindfulness presentaron un aumento significativo en la atención plena, la autocompasión y el afrontamiento de los problemas.
A la inversa, las mujeres del grupo control presentaron una disminución significativa en la regulación de las emociones, más dificultades y estrategias de afrontamiento de evitación activa y pasiva.
Hubo, además, diferencias estadísticamente significativas en las tasas de embarazo entre grupos: el grupo que había practicado mindfulness tenía tasas superiores de embarazo.
Finalmente, el estudio concluyó que aprender a ser plenamente consciente del momento presente, sin la lente del juicio, parecía ayudar a las mujeres a relacionarse con la infertilidad y con los tratamientos de FIV de forma diferente y más positiva.
Mindfulness y fertilidad masculina
En el caso de los hombres, existe un estudio de 2011 que sugiere que el estrés psicológico mantenido es un gran factor de riesgo para la calidad del semen (además de la edad avanzada, el tabaquismo o el consumo de alcohol, entre otros).
A modo de conclusión, los investigadores proponían programas de salud centrados en el estilo de vida y en la atención de la salud psicológica de los hombres de cara a mejorar su salud reproductiva. El mindfulness se presentaba igualmente como una buena alternativa.
Es una actividad tranquila, relajante, gustosa de practicar, de fácil acceso para casi todo el mundo, de carácter no farmacéutico y sin efectos secundarios.
No hay excusa para no ponerse manos a la obra, especialmente para las mujeres y los hombres en su primer tratamiento de fertilidad.
Aquí te dejo un LINK con 50 ejercicios para practicar Mindfulness
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